Breve comentario sobre Daniel 2

El objetivo principal de Daniel 2, es profetizar los reinos que gobernarán desde los días de Nabucodonosor hasta la segunda venida de Cristo. Además, en este capítulo se presenta a Cristo como Rey de reyes, instaurando su reino en la tierra.

En el caso del género literario, este capítulo contiene el narrativo y el apocalíptico. Lo narrativo tiene que ver Nabucodonosor y la pena de muerte de los sabios; y lo apocalíptico está en la estatua que soñó el mismo rey (porque su contenido es simbólico y profético). Este capítulo, desde el verso 4a hasta el capítulo 7, fue escrito en arameo. El capítulo bajo estudio puede dividirse en tres partes:

1. El problema: peligro de muerte (vv. 1-16)
2. La solución: Dios da el sueño y la interpretación (vv. 17-45)
3. La recompensa: Glorias para Dios y sus hijos (vv. 46-49)

Ahora, comentaremos cada una de estas partes.

El problema: peligro de muerte (vv. 1-16)

Lo registrado en Daniel 2, sucedió en el segundo año de reinado de Nabucodonosor. Para ese año, Daniel ya había terminado sus tres años de estudios. ¿Cómo es que Daniel terminó sus tres años de estudios, si en el segundo año de Nabucodonosor, el profeta en mención ya era uno de los sabios de Babilonia? La solución, para este aparente problema, una vez más, está en la contabilidad inclusiva y el año de ascensión. Daniel inició sus estudios en el año 605, y, considerando la contabilidad inclusiva,* el plan era terminarlo al tercer año, a saber, en el 603. En el caso de Nabucodonosor, como en Babilonia no se tomaba en cuenta el año ascensional, el primer año de gobierno de este rey no fue el 605, sino el 604 (a pesar que comenzó a reinar en el 605). Por tanto, su segundo año fue, indudablemente, el 603; el mismo año que Daniel y sus amigos terminaron sus estudios. En Daniel 2, Daniel y sus amigos eran recién graduados. Por fin pertenecían al grupo de los caldeos, los sabidos de Babilonia.

En ese año, 603, Nabucodonosor tuvo “sueños” (v. 1). Hay dos posibilidades: o tuvo distintos sueños (dos, tres, cuatro…), o tuvo el mismo sueño varias veces. Como el sueño sencillamente fue una estatua y la caída de una roca, lo más probable es que haya tenido el mismo sueño varias veces.

¿Por qué se turbó su espíritu (v. 1)? Principalmente, por tres razones: (1) no recordaba el sueño y quería su interpretación; (2) creyó que, como no se acordaba del sueño, su dios Marduk estaría enojado con él (en esos días, se sostenía que, cuando un hombre no podía recordar su sueño, era porque su dios estaba enojado con él [Alomía, Daniel, 1:79]), y (3) su futuro (Nabucodonosor, desde antes, ya estaba preocupado si él y su reino serían o no eternos). De estas tres, por supuesto, las dos primeras fueron las que más le turbó aquella noche.

Nabucodonosor soñó con una estatua. En el mundo antiguo, se representaba la historia universal y el destino de la humanidad a través de la estatua de un hombre (Jacques Doukhan, Daniel: The Vision of the End, 14; ibíd., Secretos de Daniel, 29), lo cual era muy conocido por Nabucodonosor. Este rey, también, reconocía que fue su dios quien le envió dicho sueño. El sueño tenía que ver con historia y profecía.

¿Cómo es que a Nabucodonosor se le “fue el sueño” (v. 1)? Parece que, por un breve tiempo, a Nabucodonosor le dio amnesia, algunos sugieren que Dios se la generó. Él tuvo dicho sueño y, de la nada, se le fue de la mente.

Al no recordar el sueño, Nabucodonosor llama a los “magos, astrólogos, encantadores y caldeos” (v. 2), que trabajaban más cerca de él. ¿Quiénes eran? Veamos (basado en Alomía, 2:44; Stefanovic, 83):

Magos: conocedores de los misterios sagrados y esotéricos (ocultos).
Astrólogos: expertos en contemplación de los cielos y en la búsqueda de señales celestiales, con el objetivo de predecir algo.
Encantadores: conocedores de la magia y exorcismo vinculados con los espíritus de los muertos y demonios.
Caldeos: eran los sabios por excelencia, identificados con la casa sacerdotal y relacionados con el conocimiento y las letras.

¿A cuál de estos cuatro grupos de profesionales ―que eran de la clase real― pertenecían Daniel y sus amigos? Por supuesto, al grupo de los Caldeos. Ellos ya eran considerados “sabios caldeos” en la ciudad de Babilonia. Estos cuatro judíos no estaban entre los magos, astrólogos y encantadores, porque el Pentateuco prohibía todo lo que estos tres grupos hacían. Daniel, Ananías, Azarías y Misael no debían vincularse con lo esotérico, tampoco debían recurrir a las estrellas para predecir algo; ni mucho menos tenían que relacionarse con la magia ni con el exorcismo.

El rey mandó llamar a los magos, astrólogos, encantadores y caldeos, y ellos se presentaron ante él. El pedido de Nabucodonosor fue: díganme el sueño (porque no lo recuerdo) y su interpretación. Sin embargo, el problema es que, si no se sabía el sueño en sí, era imposible que estos profesionales den la interpretación, a pesar que ellos tenían la costumbre de compilar sueños (Doukhan, Secretos de Daniel, 25), con el fin de darle una mejor interpretación a los mismos. “Los sabios en cada una de estas categorías necesitaban algo con qué trabajar. Los astrólogos usaban las estrellas; los adivinos usaban hígados de ovejas; otros usaban diferentes señales en la naturaleza que les indicaba algo, como el nacimiento de algún animal con deformidad congénita”. Ellos no tenían nada.

¿Por qué estos hombres no pudieron dar con el sueño y su interpretación? Porque ellos no se vinculaban con lo divino; su asociación era más con lo terrenal que con lo celestial (Alomía, 2:48). En Babilonia, los sabios y magos no se atrevían a recurrir a sus dioses para encontrar solución a este tipo problemas. Por eso, ellos terminaron diciendo que el asunto que pedía el rey, podría ser resuelto solo con la presencia de dichos “dioses” (2:11).

Ante la negativa de estos profesionales, el rey ordenó el asesinato de todos ellos. Los magos, astrólogos, encantadores y caldeos de toda la ciudad de Babilonia, fueron condenados a muerte. Y ojo, lo más preocupante de todo, es que Asiria y Babilonia han sido reconocidos como los imperios más crueles de la antigüedad. “Los relieves asirios, así como sus registros, son pródigos mostrando el deleite descuartizador de esos monarcas” (Alomía, 2:46). Daniel y sus amigos fueron condenados a muerte.

La solución: Dios da el sueño y la interpretación (vv. 17-45)

La solución a este problema, fue recurrir al Dios de los cielos. Lo primero que hizo Daniel, ante semejante desafío, fue orar (vv. 18-19). Él creía que la oración tiene poder, y que el único que podía librarlo de la pena de muerte, era Jehová de los ejércitos. Esta actitud, por supuesto, era permanente en el profeta y en sus amigos. Ellos continuamente se conectaban con el Creador; he ahí la razón de tantas bendiciones experimentadas en sus vidas. En Daniel 3, cuando Misael, Ananías y Azarías estaban a punto de morir en el horno de fuego, oraron al Creador, y Él envió a Jesucristo y los libró. En Daniel 6, a Daniel lo condenaron a muerte por postrarse y orar a su Señor. En Daniel 9, el mismo profeta eleva una extensa oración, con el objetivo de que los judíos regresen a Jerusalén, y así sucedió. En Daniel 10, se evidencia también el elevado nivel de consagración de Daniel, y su continuo diálogo que tenía con Dios. “La oración de Daniel revela además de una confianza plena, una familiaridad con alguien con quien acostumbra ir o pedir en forma libre y cotidiana sin temor de ser rechazado o tratado con indiferencia. Es una oración que brota de la sencilla fe de un hijo fiel que recurre a su Padre celestial seguro de obtener lo que necesita” (Alomía, 2:52).

Por supuesto, esta actitud mostrada por Daniel, en el capítulo 2, fue muy diferente a la de los magos de Babilonia. Mientras los astrólogos no podían conectarse con sus “dioses” para recibir la solución de sus problemas, Daniel y sus amigos sí se relacionaban con su Dios continuamente. Gracias a esta vinculación con lo celestial, es que se solucionó el problema en Daniel 2. El Señor de los cielos reveló el sueño y la interpretación. “La comunicación imposible para los sabios, astrólogos y encantadores, a Daniel le era familiar y cotidiana. Aunque él ciertamente no hablaba con los dioses que moraban con la carne, sí se comunicaba diariamente con el ‘Dios de toda carne’ con el cual no hay dificultad posible (Jer 32:27)” (Alomía, 2:50). ¿Cuál fue el resultado de la oración de Daniel? Se anuló el decreto de muerte de Nabucodonosor.

Además de anularse el decreto, el Señor responde a Daniel, mostrándole en visión el sueño que tuvo Nabucodonosor, además de su interpretación (v. 19). ¿En qué consistía el sueño? Daniel vio una estatua, semejante a la de un hombre y compuesta por diferentes metales; y vio, también, que esta era destruida por una roca. Luego de la visión, como de costumbre, recibió también la interpretación.

¿Qué entendió Daniel luego de ver el sueño de Nabucodonosor y su interpretación? Los versos 20 al 22 dan la respuesta, porque ahí, Daniel:

1. Reconoce que el Nombre de Dios es bendito por los siglos de los siglos (v. 20), revelando que Él es eterno, y su gobierno también; por supuesto, a diferencia de los reinos humanos, que solo son temporales.

2. Señala que el poder y la sabiduría son del Señor (v. 20). Ningún reino puede contra Dios. Él es más poderoso que cualquier dios, reino o ser humano.

3. Indica que Dios “muda los tiempos y edades; quita reyes y pone reyes” (v. 21). Él actúa en la historia de la humanidad, interviene cuando Él quiere. No solo es un Dios trascendente, sino también inmanente, que se preocupa por todo lo que sucede aquí en la tierra. Si hay un rey que está haciendo las cosas mal, Él lo saca. Así se simple. Él coloca reyes o permite que reinen, de acuerdo a su soberanía.

4. Reconoce que el Señor da sabiduría y ciencia; sobre todo, revela lo profundo y lo escondido (vv. 21-22), y lo hace por medio de sus profetas. Con esta declaración, Daniel acepta que su sabiduría tiene como fuente Dios mismo, y no su capacidad u horas de lectura. No solo eso, reconoce que el Creador revela visiones y sueños, con el objetivo de exhortar y/o vaticinar algo. Con esto, es evidente que, Quien le había dado el sueño a Nabucodonosor, fue el Dios de Daniel, no Marduk.

En resumen, Daniel comprendió que la visión tenía que ver con la historia de la redención y el futuro del mundo; pero, principalmente, entendió que, Quien dirige toda la historia, es Dios mismo. Él es el Único Rey y Soberano, nuestro Creador y Soberano.

¿Cuál fue el sueño de Nabucodonosor y su significado? Repetimos, una estatua y su destrucción causada por una roca. Esta estatua estaba compuesta por diferentes metales: la cabeza era de oro (vv. 32, 37-38), el pecho y los brazos eran de plata (vv. 32, 39), el muslo era de bronce (vv. 32, 39), las piernas eran de hierro (vv. 33, 40) y los pies estaban mezclados de hierro con barro cocido (vv. 33, 41, 42, 43). Cada metal, como señalan los textos que se acaban de citar, representa una potencia mundial.

¿Cuáles son estos reinos o potencias mundiales? Los versículos 37 y 38 son determinantes para identificar a dichos reinos. Leamos: “Tú, rey, eres rey de reyes, porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad… Tú eres esa cabeza de oro”. Como la cabeza de oro representa a Nabucodonosor y al país que él representa, entonces, el reino que inicia como cumplimiento de la profecía de Daniel 2, es Babilonia. Entonces, si la cabeza de oro es Babilonia, el pecho de plata representa al reino que le sucedió, a saber, los Medos y persas. En el caso del muslo de bronce, este representa a la potencia que sucedió al imperio medo-persa, que fue Grecia. Por su parte, las piernas de hierro simbolizan al reino que venció a Grecia y lo desplazó: Roma imperial. Pero no todo queda ahí, con la caída del imperio romano, llegan los dedos, que representan a los reinos divididos y al mundo actual donde está la iglesia. Finalmente, los reinos de este mundo terminan con la caída de la Roca, que representa a la segunda venida de Cristo. Para una mejor comprensión, observemos la tabla 1 de este post:

MetalReinoCumplimiento
OroBabilonia605-539 a.C.
PlataMedo-persa539-331 a.C.
BronceGrecia331-168 a.C.
HierroRoma imperial168 a.C.-476 d.C.
Hierro con barro cocidoReinos divididos (mundo donde está la iglesia)476 d.C.-Hoy
RocaReino de la gloriaSegunda venida de Cristo. No se sabe la fecha.

¿Por qué estos metales? Según Doukhan, Daniel: The Vision of the End, 14, la composición de estos cuatro metales representa decadencia (del oro al barro). No solo eso, sugiere también una función o característica específica del reino que representa (por ejemplo, según Herodoto, los constructores de la de Babilonia usaron bastante oro para embellecer la ciudad. En el caso de los persas, ellos usaban la plata en su sistema tributario. En el caso de Grecia, sus soldados usaban armaduras de bronce; ver Pfandl, 27). Por su parte, Shea sugiere también que, si bien es cierto se decrece en valor, se aumenta en fuerza (Daniel: Una guía para el estudioso, 99). Esto se evidencia, por ejemplo, en el número de alas que poseen el león y el tigre de Daniel 7. Mientras el león, que representa a Babilonia, solo tiene dos alas; el tigre, que simboliza a Grecia, posee cuatro.

¿Por qué colocar al hierro y al barro juntos? ¿Qué representa esta mezcla? Doukhan, en su libro Daniel: The Vision of the End, 15-17, presenta cuatro significados para la mezcla del hierro con el barro:

Primero, la asociación del hierro con el barro se interpreta en un nivel general. Los reinos estarán divididos (v. 41).
Segundo, el significado de ambos elementos concierne a las partes que constituyen el reino (v. 42). Por ejemplo, el hierro representa el poder; en cambio, el barro tiene una connotación religiosa y de fragilidad. La combinación del hierro con el barro, representa la naturaleza política-religiosa de los diez dedos.
Tercero, el hierro y el bronce son interpretados como una mixtura, que implica “alianza” (v. 43). Estos reinos buscarán alianzas.
Cuarto, ambos elementos aparecen casi al final de la historia, situados en el tiempo del fin, y que coincide con la venida del reino de Dios (v. 44).

¿Qué argumentos podemos dar para sustentar que la Roca representa a la segunda venida de Cristo? Los siguientes:

En el AT, Dios es representado por una “Roca” (Deu 32:4; Sal 18:31), y en el NT, Jesucristo también es representado como una Roca (1 Ped 2:4, 7; Mat 21:42). Para la Escritura, la Roca representa a Dios. Por ello, no sorprende que la Roca de Daniel 2, represente a una Persona y a un evento: la segunda venida de Cristo.

La palabra griega para “piedra” que usa la Septuaginta en Daniel 2:34, es “píthos” (en singular), que también significa “Roca”. Es interesante que, en el NT, cuando la palabra “píthos” se usa para una persona, siempre se refiere a Jesucristo, y no a la iglesia ni a un miembro de ella (Hech 4:11; 1 Ped 2:7-8). Para los “miembros” de la iglesia, Pedro usa la palabra griega “píthoi”, que se traduce como “piedras”. La distinción entre “píthos” (singular) y “pithoi” (plural) la hace Pedro, en 1 Pedro 2:5-8. Para él, “píthos” es Jesucristo y “pithoi” es la iglesia. Por lo tanto, a la luz del NT, la Roca o “píthos” de Daniel 2:34, sin lugar a dudas, es Jesucristo.

Recordemos, por un momento, lo que hemos estudiado al principio de este breve comentario. Dijimos que, en la apocalíptica bíblica, abunda la recapitulación. Entonces, si tomamos la roca de Daniel 2, y lo colocamos en paralelo con Daniel 7, esta Roca estaría representando a la segunda venida de Jesucristo. Por ejemplo, en Daniel 2, luego de los diez dedos, aparece la Roca. En el caso de Daniel 7, después de los diez cuernos y el cuerno pequeño, sucede el juicio investigador y la segunda venida (v. 14). Si hacemos el paralelismo entre ambos capítulos, la Roca de Daniel 2 coincide con la segunda venida de Daniel 7.

Como señala el Dr. Elías Brasil de Souza, en la Lección de Escuela Sabática sobre Daniel (2020), página 32, la roca aparece después de los reinos divididos representados por los pies de la estatua. Primero aparece Roma imperial, luego los reinos divididos y, al final de todo, la roca. Claramente, esta roca representa la segunda venida de Cristo. Elías Brasil declara, en la misma página, lo siguiente: “El reino de piedra comienza a existir recién después de que los cuatro reinos principales hayan caído y la historia humana haya llegado al momento de los reinos divididos, representados por los pies y los dedos de la imagen”.

Por último, Daniel 2 señala que, luego que la Roca destruyera la estatua, se hizo un gran monte que llenó toda la tierra (v. 35). Evidentemente, esto sucederá en la segunda venida, e incluye los hechos posteriores a la misma (cf. Ap 20). ¿Es que acaso hay otro evento, a parte de la segunda venida, que incluya el fin de los reyes humanos y la instauración del reino de los cielos? No hay. Una vez más, la Roca representa la segunda venida, y el monte representa el Reino de los cielos que nunca dejará de existir. Este reino de gloria será instaurado, y su clímax se verá, cuando la Nueva Jerusalén descienda a la tierra y vivamos con Jesús para siempre.

Luego de haberle dado el sueño y la interpretación al rey, las cosas se normalizaron. Nabucodonosor quedó feliz, porque por fin se le dio lo que tanto pedía; pero también con cierta preocupación, porque el Dios de los cielos había determinado que su reino no sería eterno, e iba a ser reemplazado por otro. Con todo, el problema se solucionó.

La recompensa: Glorias para Dios y bendiciones para sus hijos (vv. 46-49)

Nabucodonosor se alegró en gran manera, porque Daniel le había explicado el sueño y su significado. Y como muestra de gratitud y adoración, ordenó que a Daniel se le ofreciese presentes e incienso (v. 46). Si bien es cierto el rey se postró ante el profeta, lo más probable es que este acto representaba el reconocimiento al Dios del profeta. En todo caso, recordemos que el rey no tenía todo el conocimiento necesario sobre cómo se debía adorar a Jehová.

Luego, el rey en mención reconoce la soberanía del Dios de Daniel, y lo coloca por encima de todos los dioses, incluyendo los suyos (v. 47). ¿Por qué? Porque ni Marduk ni Ishtar pudieron revelarle lo que él había soñado; en cambio, Jehová sí pudo. Aquí, Nabucodonosor reconoce que, en sí, la lucha no era entre él y los astrólogos de Babilonia; sino entre el Dios de Daniel y su dios Marduk. Y bueno, el hombre termina glorificando al Dios de los hebreos. Por segunda vez, Jehová ganó y Marduk perdió; y Nabucodonosor se dio cuenta.

Finalmente, Nabucodonosor puso a Daniel como gobernador de la ciudad de Babilonia y como jefe de todos los sabios (v. 48). Pero no solo a él lo colocó en un buen puesto, sino también a sus tres amigos, por pedido de Daniel (v. 49).

El capítulo 2 de Daniel, también debemos entenderlo a la luz del gran conflicto. El conflicto principal fue el siguiente: ¿Quién revela los misterios y sus significados, el Dios de Daniel o el dios de Nabucodonosor? ¿Cuál de los dos tiene el control de la historia, Jehová de los ejércitos o Marduk? ¿Cuál de ellos dos actúa en la tierra y se vincula con sus hijos humanos? ¿Quién de los dos pone y quita reyes según su voluntad? ¿Cuál de ellos dos puso a Nabucodonosor como rey de Babilonia? Finalmente, ¿Dios o Marduk instaurarán su reino eterno aquí en la tierra? Imagino que estas preguntas pasaron por la mente del rey de Babilonia. Y por supuesto, la única respuesta a todas estas preguntas, fue la siguiente: el Dios de Daniel. Como reacción, el rey se postró y adoró al Creador.

Sin lugar a dudas, Daniel 2 quiere mostrarnos que Dios es el Creador y Soberano de todo. Él es quien dirige la historia de la redención; el que pone reyes y los quita, de acuerdo a su soberanía. Él es el Rey de reyes, que vendrá por segunda vez, destruirá a los reinos humanos e instaurará su reino eterno. Él es la Persona que revela sus misterios a sus profetas, con el objetivo de que sus hijos reconozcan qué sucederá en el futuro. Finalmente, Él es el Dios amoroso, que libra de la muerte a sus hijos, como lo hizo con Daniel y sus amigos.

Finalmente, el capítulo bajo estudio nos enseña historia y profecía. Es el capítulo base de la apocalíptica bíblica. En él, Daniel reveló los reinos que iban a gobernar después de Babilonia. Y ojo, hasta la fecha, todo se ha cumplido a cabalidad. Aún estamos en los dedos; pero, seguiremos preparándonos para la llegada de la Roca: la segunda venida de Cristo.

Por medio de Daniel 2, Dios nos llama a reconocerlo como Soberano y Rey de reyes, a respetar y acatar su voluntad, a esperar Su reacción cuando un rey malo nos maltrata; y, sobre todo, a confiar más en Él cuando haya problemas. Él fue capaz de librar de la muerte a Daniel y sus tres amigos, y será capaz de ayudarnos en nuestras dificultades. Solo es cuestión de orar tres veces al día, como Daniel.

Referencia:
*La contabilidad inclusiva “significa que las partes de unidades de tiempo fueron contadas como unidades enteras, como en el famoso dicho que Jesús estaba en la tumba por ‘tres días y tres noches’” (Stefanovic, Daniel, 82).