La bestia que sube del mar en su contexto

Apocalipsis 13 es uno de los capítulos más interpretados en el cristianismo. Símbolos como “bestia”, “marca de la bestia”, “666” han generado bastante interés por parte de muchas personas, especialmente en la academia.

Sin embargo, muchos no han llegado a encontrar el significado bíblico a estas figuras. Si bien es cierto Apocalipsis 13 es uno de los más estudiados, también es uno de los más malinterpretados. Desde vincular a la bestia marina con Nerón o Domiciano, hasta señalar que la marca de la bestia será un chip, son algunas interpretaciones que demuestran que se necesita tener las cosas más claras sobre Apocalipsis 13.

¿Cuál es la relación de Apocalipsis 13 con Apocalipsis 12 al 14? ¿De qué trata Apocalipsis 13? ¿A qué representan la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra? ¿En qué consistirá la marca de la bestia? ¿Qué es el 666? En este breve comentario, intentaremos responder estas preguntas.

Apocalipsis 13 y su relación con Apocalipsis 12 al 14
Apocalipsis 13 guarda una íntima relación con los capítulos 12 y 14. Primero, Apocalipsis 13 es la ampliación de Apocalipsis 12:17. Mientras 12:17 señala que el dragón hace guerra contra el remanente, esta guerra es descrita en el capítulo 13. En 12:17, el enemigo del remanente es el diablo; en el capítulo 13, el enemigo del remanente son los representantes de Satanás aquí en la tierra, a saber, la bestia que sube del mar y la bestia que sube de la tierra. Mientras Apocalipsis 12:17 no amplía la persecución del enemigo en contra del remanente; Apocalipsis 13 nos detalla el cómo y el cuándo.
Segundo, Apocalipsis 13 es la contraparte del capítulo 14. Mientras que en el capítulo 13 se presenta la obra que realizan los representantes del diablo aquí en la tierra; el capítulo 14 revela la obra que realiza el remanente en este planeta, que es predicar los mensajes de los tres ángeles (vv. 6-12). Como es evidente, prácticamente todo lo descrito en el capítulo 13, son acciones malas; y todo lo descrito en el capítulo 14, son acciones buenas.
En cuanto a su cumplimiento profético, Apocalipsis 12 al 14 revela profecías históricas y profecías escatológicas. Para ello, miremos la siguiente tabla:*

Según esta tabla, Apocalipsis 13 contiene profecías históricas (las que ya se cumplieron) y profecías escatológicas (las que aún no se cumplen). Lo histórico se encuentra registrado en los versos 1 al 7, y lo escatológico está en los versículos 8 al 18. En la parte histórica, el personaje central es la bestia que sube del mar; en la parte escatológica, aquella bestia también es el personaje central; sin embargo, recibe colaboración por parte de la bestia que sube de la tierra. El objetivo de Apocalipsis 13, es revelarle al remanente qué piensa hacer el enemigo en el futuro, con el propósito de que se prepare desde ahora.

El uso del Antiguo Testamento en Apocalipsis 13
Como se ha venido mencionando desde los capítulos anteriores, Juan tuvo en mente varios pasajes del Antiguo Testamento (AT) al momento de escribir el Apocalipsis. En el caso de Apocalipsis 13, el autor tuvo en mente el libro de Daniel, capítulo 7. Como primer ejemplo, veamos su terminología. Observe la siguiente tabla:

Muchos términos que registra Daniel 7, están en Apocalipsis 13. Esto implica que ambos capítulos son interdependientes en su interpretación. Para comprender Daniel 7, se debe recurrir a Apocalipsis 13, y viceversa. La mayor evidencia es la descripción de los reinos como bestias, y los poderes que ostentan. Es interesante que el personaje predominante, después de Dios y su Hijo, en Daniel 7, es el cuerno pequeño; y en Apocalipsis 13, su personaje más relevante es la bestia que sube del mar.
Es importante el paralelismo de términos, ya que nos permite concluir, por ejemplo, de que el “cuerno pequeño” de Daniel 7 y la “bestia” de Apocalipsis 13 son dos figuras que, en sí, representan la misma realidad. ¿Cómo saber esto? Por la descripción que ambos capítulos hacen de cada personaje. Leamos:

Entonces, una realidad (el anticristo) es revelada por medio de dos figuras (esto es común en la literatura hebrea). La única diferencia entre Daniel 7 y Apocalipsis 13, es que el enfoque de Daniel es más en lo histórico (lo que hizo el anticristo); y el enfoque de Apocalipsis, es más escatológico (lo que hará el mismo anticristo; pero ahora, en compañía con la bestia que sube de la tierra).
Un segundo ejemplo es el contexto históricoy escatológico; principalmente en lo que atañe al anticristo. Obsérvese:

Como evidencia la tabla, el cuerno pequeño de Daniel 7, tiene una aparición histórica y otra escatológica. Primero gobierna históricamente por “tres tiempos y medio”, y luego, después de iniciar el juicio investigador, aparece en un contexto escatológico, dispuesto a perseguir a los santos. Lo mismo sucede con Apocalipsis 13: la bestia que sube del mar aparece históricamente por 42 meses (v. 5); pero no queda ahí, este reino vuelve a aparecer en un contexto escatológico, pero acompañado de la bestia que sube de la tierra. Esto nos permite concluir que el “cuerno pequeño” de Daniel 7, es la misma “bestia que sube del mar” de Apocalipsis 13, ya que aparecen en el mismo periodo de tiempo.
Un tercer ejemplo está en el significado de los símbolos. Si queremos saber sobre el significado de los símbolos que aparecen en Apocalipsis 13, es necesario recurrir a Daniel 7 y otros libros proféticos. Observemos la siguiente tabla:

Como se ve en la tabla, el significado de los símbolos registrados en Apocalipsis 13, se encuentra en el AT. Las fuentes extra bíblicas pueden ampliar un poco el panorama, pero el significado principal, sin lugar a dudas, únicamente se encuentra en la misma Escritura (principalmente en el AT). Como ejemplo está la palabra “bestia”. De acuerdo a Daniel, esta figura representa a un reino o imperio; no a un individuo ni a un animal o especie.
Un cuarto y último ejemplo es lo temático. Cuando leemos Apocalipsis 13, sobre todo lo que atañe a la persecución de los hijos de Dios, inmediatamente se nos viene Daniel 3; por una sencilla razón: en lo temático, Juan también tuvo en mente la experiencia de aquellos tres jóvenes hebreos en Babilonia. Esto se evidencia en la siguiente tabla:

Consideramos que Juan tuvo en mente Daniel 3, cuando escribió Apocalipsis 13, porque el tema principal y las acciones son las mismas; la única diferencia es que, en Apocalipsis, lo que se registra es una profecía; y en Daniel 3, es una película de aquella profecía. Por ejemplo, en ambos capítulos, el tema principal es la adoración. Las acciones son las mismas, ambos pasajes registran: (a) una promoción de una falsa adoración, (b) la creación de la imagen de la bestia, (c) la persecución de los hijos de Dios, (d) la adoración a un falso dios, (e) el decreto de muerte y (f) la cifra vinculada al seis.
Entonces, como conclusión de esta parte, el AT ayuda a encontrar el significado de los símbolos y a identificar el período de tiempo en que aparecen los reinos profetizados. Cuando no se recurre al AT, el riesgo es muy elevado de mal interpretar el símbolo o profecía apocalípticos.

Tratando de identificar a la bestia que sube del mar (Ap 13:1-10)
Para esta parte, veremos dos aspectos importantes: (1) la identidad de esta bestia, (2) y su accionar en el tiempo revelado en Apocalipsis 13.

Su identidad. La identidad de la bestia que sube del mar, es prácticamente explícita; en el hecho de que es más fácil encontrar el reino que representa; y todo esto se logra gracias a las características que presenta Daniel 7-8 y Apocalipsis 13 sobre este poder. Miremos:

Estas características, nos permite interpretar que la bestia que sube del mar:

  1. Obligará a cada hijo de Dios a rechazar su fe.
  2. Cambiará o eliminará los mandamientos de Dios.
  3. Cambiará el día de reposo (el sábado), por un falso día.
  4. Eliminará el sacerdocio de Cristo y establecerá un sacerdocio espurio, contrario a lo establecido por Dios.
  5. Abolirá la autoridad divina de la Biblia y la cambiará por la Tradición humana.

En base a estas características, ¿a qué reino representa la bestia que sube del mar? Indudablemente, a Roma papal. Por una simple razón: este imperio es el único que tiene las características que describe Daniel y Apocalipsis sobre el anticristo.
Por medio de estas características, es más fácil la identificación del anticristo. Desde ya, las tres primeras de esta lista, apuntan a identificar al papado como tal, ya que él está en Roma, es un poder político-religioso y ha gobernado más de un milenio (desde 538 hasta 1798 DC).
El papado, también, ha blasfemado el nombre de Dios. Esto se evidencia más en las prerrogativas divinas que ha tomado para sí. Por ejemplo:

  1. En el libro de ceremonias llamado Pontifical, que es el libro de servicios papales, se le dice al pontífice: “Señor, Dios el papa”.
  2. León XIII (1874-1903) declaró: “Declaramos, afirmamos, definimos y proclamamos que cada ser humano debe someterse al Pontífice romano para que sea salvo”.
  3. Gregorio VII (1072-1085) se autoproclamó “representante de la Deidad, a fin de situarse sobre todos los reyes de la tierra”. También, señaló que “La iglesia de Roma nunca ha errado ni errará jamás”.
  4. León XIII dijo: “Nosotros ocupamos sobre esta tierra el lugar del Dios Todopoderoso”.
  5. Lucio Ferraris, en su Prompta Bibliotheca, bajo el título “Papa”, declara:
  6. “El papa es de tan grande dignidad y tan exaltado, que no es un simple hombre, sino como si fuera Dios, y el vicario de Dios”.
  7. “El papa está coronado con una triple corona, como rey del cielo, de la tierra y de las regiones inferiores”.
  8. “El papa es de tan grande autoridad y poder que puede modificar e interpretar aun las leyes divinas”.

Asimismo, este poder ha estado en contra de la Palabra de Dios, proponiendo y promoviendo un sinnúmero de herejías. Por ejemplo:

No solo eso, el papado ha cambiado la ley y el sábado. En el caso de la ley, ha cambiado el primer mandamiento, ha eliminado el segundo, ha cambiado el cuarto y el décimo lo ha colocado como si fuera dos mandamientos. En el caso de sábado, un 07 de marzo de 321, Constantino cambió el día de reposo, del sábado al domingo. Es más, es interesante que el catolicismo se hace responsable del cambio de día de reposo. Hoy, es el máximo promotor del reposo dominical. En el Catecismo de 1994, se dice:

La santificación del domingo y los días santos de guardar requieren un esfuerzo común… A pesar de las estrecheces económicas, las autoridades públicas deberían garantizar a los ciudadanos un tiempo especial para dedicarlo al descanso y a la adoración divina. Los empleadores tienen similares obligaciones hacia sus empleados”. Además, se añade, “En aras del respeto a la libertad religiosa y al bien común de todos, los cristianos deberían procurar que se reconozcan el domingo y los días santos de la iglesia como día de descanso obligatorio” (Párrafos, 2175, y en especial los números 2187 y 2188).

Otro ejemplo que nos permite identificar a la bestia con el papado, es su lucha contra el sacerdocio de Cristo. Este reino ha reemplazado la intercesión exclusiva de Cristo en el cielo, por la intercesión de vivos y muertos. Vivos: los sacerdotes aquí en la tierra. Todo católico es obligado a ir y confesar sus pecados al sacerdote. Muertos: todo católico debe orar a María, el apóstol Pedro, el apóstol Juan, y otros “santos” y “apóstoles” por más que hayan muerto (salvo María, en la perspectiva de ellos); pero siguen vivos después de la muerte. Para el papado, la salvación la dirige el papa y el clero, no tanto nuestro Dios. Por ejemplo, en Dignidad y los deberes del sacerdote, volumen 12, página 27, se registra lo siguiente:

El propio Dios está obligado a morar por el juicio de Sus sacerdotes y a no perdonar o perdonar conforme ellos niegan o dan absolución. La frase del sacerdote precede y Dios la suscribe”.

Y una última prueba de que la bestia que sube del mar es el papado, es la persecución a los hijos de Dios. Pues, como es sabido, la Iglesia Católica asesinó a miles y miles de cristianos, solo porque no estaban de acuerdo con sus ideas. Un claro ejemplo es la “santa” Inquisición (fundada en el siglo XIII). Con ella, el catolicismo hizo y deshizo a los hijos de Dios.

Teniendo en cuenta todo esto, es claro de que el papado es la bestia que sube del mar, ya que ambos tienen las mismas características. En realidad, no hay otro reino que cumpla la profecía.

Su accionar en el tiempo:
Como se comentó al inicio, Apocalipsis 13 tiene una parte histórica y otra escatológica; y en ambas partes está involucrada la bestia que sube del mar. En sí, como se dijo, este poder es el personaje principal de todo el capítulo.
Primero, se lo presenta actuando durante la historia de la era cristiana. Desde el verso 1 hasta el 7, se lo describe batallando contra los santos, blasfemando el nombre de Dios, tirando por tierra el santuario, recibiendo adoración y gobernando por 1.260 años (vv. 4-7). Todos estos versículos (salvo la curación de la herida mortal del verso 3, que aún no ha sucedido) describen todo lo que la bestia hizo durante la edad media. Por eso, es importante concluir que, lo profetizado en estos primeros siete versículos, ya tuvo cumplimiento.
Segundo, este mismo reino, a pesar que recibió una herida mortal en el año 1798 dC ―cuando Napoléon Bonaparte lo manda desterrar a una isla en París, provocando su inmediata caída―, volverá a aparecer con mayor fuerza en el futuro, para perseguir y matar a los santos, y ordenar a la humanidad que se lo adore. Sin embargo, tendrá un aliado: la bestia que sube de la tierra. Ambas bestias tratarán de cumplir todos estos objetivos (ver Ap 13:8-18). Ellos promoverán una falsa adoración, realizarán señales majestuosas y perseguirán a aquellos que no le obedezcan (vv. 13, 14, 16). ¿Cuándo sucederá todo esto? En el futuro. Por ello, es importante reconocer que Apocalipsis 13:8-18 es para el tiempo del fin.
En este sentido, la bestia que sube del mar, es un reino que ya gobernó antes este planeta; pero que, según la profecía, intentará gobernarlo otra vez; y hará hasta lo imposible para lograrlo. Su único objetivo será ver a los humanos postrados ante él.


Referencias:
*Ver Oscar S. Mendoza, “Los 144.000 y la gran multitud en el contexto de Apocalipsis 7 y 14”, Theologika 26/1 (2011): 76-78.